DOI: 10.60728/ewfs8w48
Fabián Bustamante Olguín1
https://orcid.org/0000-0001-6495-6122
Recepción: 11/11/2024
Aceptación: 21/11/2024
El libro Chile al desnudo. La historia del Chile contemporáneo y los antecedentes del Estallido Social en octubre de 2019, de Luis Corvalán Márquez, es una obra que se presenta como un compendio de reflexiones agudas sobre la historia reciente de Chile, entrelazando voces y perspectivas que escudriñan los entresijos de un país marcado por sus contradicciones y luchas. A través de una prosa incisiva y analítica, Corvalán nos invita a despojar las capas de narrativas que han intentado ocultar las realidades más crudas y dolorosas de la experiencia chilena, con un enfoque particular en el periodo de la dictadura pinochetista y la consiguiente instauración del modelo neoliberal.
La estructura del libro se compone de unos largos 25 capítulos, algunos ya publicados y otros inéditos, y algunos que se han adaptado de obras anteriores, Del anticapitalismo al neoliberalismo en Chile (2001), Nacionalismo y Autoritarismo durante el siglo XX en Chile. Los orígenes 1903-1931 (2009), entre otros. Este ensamblaje de textos no es meramente una recopilación, sino una invitación a un diálogo crítico con la historia, una especie de carta de navegación por las aguas turbulentas de un pasado que persiste en el presente. Corvalán, en su búsqueda de la verdad, no se ampara en los convencionalismos historiográficos, sino que busca dar voz a las víctimas de un sistema que ha hecho del silencio y el olvido sus aliados más cercanos.
La premisa inicial de la obra gira en torno a la pregunta: ¿cuál es el contenido fundamental de la historia reciente de Chile? (p.12) La respuesta que Corvalán ofrece es clara y contundente: los conflictos sociales y políticos, que han tenido su auge desde mediados del siglo XX, son el corazón de esta historia. Tres proyectos globales –la izquierda, la derecha y el centro democratacristiano– han competido por la hegemonía en un contexto de creciente polarización. La narración de Corvalán se articula en torno a estos ejes, evidenciando cómo la lucha por el poder no solo fue un enfrentamiento ideológico, sino que también desembocó en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, un acontecimiento que resultó en crímenes masivos y en la instauración de un modelo neoliberal que aún persiste.
Uno de los aportes más significativos de Chile al Desnudo es su capacidad para vincular la violencia del pasado con el presente. Corvalán argumenta que la brutalidad ejercida por la dictadura no fue un fenómeno aislado, sino un componente necesario para la implementación del modelo neoliberal, que benefició a las élites económicas y a intereses extranjeros. Este entrelazamiento entre la violencia y el capital se presenta como un hilo conductor que ha tejido la historia chilena, donde la sangre y el sufrimiento de muchos se han sacrificado en el altar del desarrollo económico y la estabilidad política.
Al abordar la historiografía conservadora, Corvalán no escatima en críticas. La obra expone cómo esta ha buscado blanquear los crímenes de la dictadura y legitimar un relato nacional que se presenta como edificante, pero que en realidad oculta una larga cadena de violencias ejercidas por las clases dominantes. A través de personajes como Diego Portales, la historiografía ha construido una narrativa donde los patriotas son exaltados, mientras que aquellos que se oponen al statu quo son demonizados y acusados de traición.
Los ejemplos que Corvalán utiliza para ilustrar su argumentación son particularmente reveladores. La obra de historiadores como Gonzalo Vial y Mario Góngora es puesta bajo el microscopio, revelando cómo sus interpretaciones de la historia se sustentan en un marco ideológico que justifica la violencia estatal como una necesidad para la "unidad nacional". En este sentido, el autor subraya la naturaleza clasista de estas narrativas, donde la defensa de los intereses de la oligarquía se presenta como un imperativo nacional, mientras que las luchas de las clases subalternas son relegadas al olvido.
Corvalán no se detiene en el mero diagnóstico; su obra también apunta a la construcción de un futuro más consciente y crítico. Al desnudar las verdades incómodas de la historia chilena, el autor nos desafía a repensar nuestro lugar dentro de este relato. La violencia y el sufrimiento no deben ser solo capítulos oscuros, sino que deben ser recordados y reivindicados para que el proceso de sanación y reconciliación pueda comenzar.
La prosa de Corvalán es directa y provocadora, un estilo que invita a la reflexión y a la acción. A través de un lenguaje que mezcla la erudición con la urgencia de una voz comprometida, el autor se convierte en un testigo de su tiempo, un cronista que se niega a mirar hacia otro lado. La estructura del libro, con sus notas al pie que contextualizan y aclaran, refleja un esfuerzo por mantener la transparencia en el relato, un gesto que se alinea con su deseo de desmitificar la historia y hacerla accesible a todos.
Destacamos, por su parte, el capítulo 17 (Ideología antiliberal y conflicto entre neoliberalismo, corporativismo y nacionalismo al interior de los apoyos a la dictadura). El texto ofrece una radiografía de la ideología antidemocrática de la dictadura cívico-militar chilena y su resistencia a los principios liberales. Es revelador cómo la "Declaración de Principios del gobierno de Chile", de 1974, no solo define la identidad nacional en términos de una "tradición cristiana e hispánica", sino que también traza una línea divisoria tajante contra el marxismo y el liberalismo, vistos como amenazas existenciales para la nación. Esta postura se plasma en el rechazo de "un pluralismo mal entendido", dejando claro que no hay espacio para corrientes políticas que pongan en cuestión su control absoluto. En esta visión, el liberalismo y el marxismo son "dos caras de la misma moneda", ambos contribuyendo a lo que la Declaración llama una "destrucción sistemática de la vida nacional".
Otro aspecto interesante es cómo este capítulo expone el dualismo de poder entre el Estado y las "soberanías sociales", que idealmente deberían mantenerse "al margen de toda intervención en la política". Este principio de subsidiariedad se transforma en la doctrina que justifica el retiro del Estado de la economía, una paradoja en un régimen que de facto controla todos los aspectos políticos y sociales. La visión de una economía liberal contrastada con un orden social corporativista, resulta un ejemplo de ingeniería social a la chilena: un sistema donde la autoridad militar se reserva la "facultad para decidir los asuntos de interés general para la nación", estableciendo así una nueva institucionalidad que no es más que un "proyecto nacional autoritario".
El Capítulo 22 (La derecha: el retorno a la forma «partido») del libro examina el proceso de transformación ideológica y organizativa de la derecha chilena durante la crisis de la dictadura cívico-militar en los años ochenta, destacando la reorganización partidaria como respuesta a las cambiantes dinámicas políticas y sociales del país.
La crisis económica de 1982 y el inicio de las protestas nacionales en 1983 marcaron un punto de inflexión para el régimen de Pinochet y la derecha que lo apoyaba. La recesión económica tuvo consecuencias devastadoras, con un Producto Interno Bruto (PIB) decreciente en un 14.5% y altos índices de desempleo, situación que minó la estabilidad del régimen. Asimismo, la presión de Estados Unidos fue crucial; el Gobierno estadounidense, buscando evitar un colapso total que pudiese dar paso a un Gobierno hostil a sus intereses, fomentó una transición hacia un régimen civil que preservara el modelo neoliberal y mantuviera la subordinación a Washington. Esto supuso un desafío para la derecha, tradicionalmente identificada con posiciones corporativistas y nacionalistas, que tuvo que adaptarse a la nueva realidad y tomar una forma partidaria para defender sus intereses en un escenario democrático emergente.
El retorno a la forma de partido fue impulsado principalmente por la necesidad de gestionar la transición en el marco de la Constitución de 1980, que contaba con el respaldo de Washington y favorecía la defensa del modelo neoliberal. Esta transición implicaba un viraje desde el respaldo explícito a la represión estatal hacia un enfoque que incluía negociaciones con sectores de la oposición de centro. Para muchos sectores de la derecha, asumir los principios demoliberales era necesario para enfrentar la ingobernabilidad generada por las protestas y legitimar su participación en el proceso de democratización.
Este nuevo contexto demandó que la derecha reconfigurara su estructura política, lo cual se concretó con la formación de dos partidos: la Unión Demócrata Independiente (UDI), liderada por Jaime Guzmán y conformada principalmente por gremialistas y defensores del régimen, y la Unión Nacional (UN), integrada mayormente por figuras de la derecha tradicional. Aunque ambos partidos compartían objetivos comunes, como preservar el modelo neoliberal y enfrentar la creciente movilización popular, divergían en la estrategia. La UN se mostró relativamente más abierta a negociar con sectores de centro y planteó la posibilidad de adelantar el plebiscito de 1988, así como de presentar a un candidato distinto a Pinochet. En cambio, la UDI mantuvo un apoyo incondicional a Pinochet y a la Constitución de 1980.
A medida que la situación política evolucionaba, los partidos de derecha enfrentaron la proximidad del plebiscito y las elecciones parlamentarias de 1989. En este contexto, la fusión de UDI, UN y el Frente Nacional del Trabajo (FNT) en 1987 dio origen a Renovación Nacional (RN). No obstante, las diferencias internas persistieron, sobre todo en cuanto a la candidatura de Pinochet para el plebiscito. Finalmente, estas tensiones llevaron a una escisión, con los gremialistas de Guzmán separándose para formar la UDI independiente de RN, consolidando así una derecha chilena dividida en dos partidos: UDI y RN.
La obra culmina en una invitación a seguir explorando, a no dar por sentado lo que nos han enseñado, y a cuestionar las verdades que se han impuesto. En un mundo donde la historia se repite y las lecciones son olvidadas, Chile al desnudo se erige como un faro que nos insta a recordar y a aprender. Corvalán nos recuerda que el conocimiento de nuestro pasado es esencial para construir un futuro más justo, donde las voces de aquellos que se han silenciado finalmente encuentren su lugar.
En conclusión, Chile al Desnudo, de Luis Corvalán Márquez, es un libro necesario y provocador que desmantela mitos y expone verdades sobre la historia reciente de Chile. En el epílogo de esta obra se sintetizan los elementos fundamentales que, según el autor, han marcado los procesos políticos recientes de Chile. Se destaca cómo la historiografía conservadora ha interpretado estos acontecimientos bajo una lógica dualista: la nación contra enemigos internos, principalmente la izquierda, justificando así la violencia ejercida por las Fuerzas Armadas. Sin embargo, este enfoque oculta la verdadera naturaleza del proceso histórico, centrado en las luchas de clases desde los años cincuenta. El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 y la dictadura resultante marcaron el triunfo del neoliberalismo y de los intereses económicos nacionales y transnacionales, consolidado posteriormente por los gobiernos civiles desde 1990. Además, el autor subraya la importancia del pensamiento conservador antiliberal, cuya influencia ideológica preparó el terreno para la violencia de la dictadura, y que fue adoptado por la derecha chilena en las décadas anteriores al golpe.
Para cerrar esta reseña, el libro de Corvalán promueve un análisis profundo de los conflictos sociales y políticos, así como su crítica a la historiografía conservadora, hacen de esta obra un recurso valioso para quienes buscan entender la complejidad del país. Corvalán no solo ilumina el pasado, sino que también nos desafía a participar activamente en la construcción de un futuro donde la memoria y la justicia sean los pilares de una sociedad más equitativa. Con su pluma afilada, el autor se convierte en un guía en este viaje por la historia, invitándonos a desnudarnos también, a mostrar nuestras heridas y a sanar colectivamente.
Doctor en Sociología por la Universidad Alberto Hurtado (Santiago, Chile). Afiliación institucional: Instituto de Ciencias Religiosas y Filosofía de Universidad Católica del Norte (Antofagasta, Chile). Correo electrónico: fabian.bustamante@ucn.cl. Temas de especialización: sociología histórica, derechas chilenas y catolicismo y política.↩︎