DOI: 10.60728/6scab469

Extractivismo en la Amazonía brasileña: variaciones en el discurso del presidente Jair Bolsonaro entre los años 2018 y 2022

Extractivism in the Brazilian Amazon: Variations in President Jair Bolsonaro’s Discourse between 2018 and 2022

Pablo Díaz Nuñez1

https://orcid.org/0009-0005-4315-3431

Recepción: 30/10/2023

Aceptación: 12/11/2024

Resumen: En las últimas décadas ha habido una creciente preocupación por el medio ambiente y por el cuidado de los ecosistemas. En tal contexto, el caso de la Amazonía brasileña ha cobrado especial relevancia, dada su exuberante e imponente diversidad biológica, de modo que se puede observar un aumento en la preocupación concerniente a la promoción de prácticas extractivistas en esa región. El presente artículo explora la retórica del mandatario brasileño Jair Messias Bolsonaro, a través de sus discursos pronunciados sobre la explotación de territorio amazónico en las dimensiones soberanía, relación con las comunidades indígenas y extractivismo, revelando una variación en su inicial discurso extractivista tendiente a la explotación de la Amazonía, hacía un discurso de desarrollo sostenible que aboga por el cumplimiento de los acuerdos realizados en materia ambiental.

Palabras claves: Bolsonaro, extractivismo, soberanía, comunidades indígenas, Amazonía.

Abstract: In recent decades there has been a growing concern for the environment and the care of ecosystems. In this context, the case of the Brazilian Amazon has gained special relevance given its exuberant and imposing biological diversity, so that an increase in concern can be observed regarding the promotion of extractive practices in this region. This article explores the rhetoric of the Brazilian president Jair Messias Bolsonaro, through his speeches given on the exploitation of Amazonian territory in the dimensions of sovereignty, relationship with indigenous communities and extractivism, revealing a variation in his initial extractivist discourse aimed at exploitation. of the Amazon, made a discourse of sustainable development that advocates compliance with the agreements made on environmental matters.

Keywords: Bolsonaro, extractivism, sovereignty, indigenous communities, Amazon.

Introducción

El debate sobre el extractivismo, sus modos, mecanismos y prácticas toma fuerza en el siglo XXI, logrando posicionar en el debate político diversos temas o asuntos postergados, como aquellos de materias medioambientales y las protecciones o responsabilidades climáticas de los países. Esto provoca que, a través de estas discusiones, se articulen y enlacen diversos actores políticos y sociales, en virtud de la importancia y creciente interés sobre las practicas extractivistas que se desarrollan e impactan ambientalmente los distintos territorios y a las comunidades locales.

Brasil ha incrementado gradualmente sus actividades extractivistas desde inicios de los años 2000, lo que lo ha convertido en el mayor país extractivista de América Latina. Esta consolidación como país extractivista, y las características que derivan de ese modelo, tales como el interés de expandir estas prácticas extractivistas en territorios considerados improductivos por su biodiversidad e importancia climática y ambiental –como la Amazonía– y el rol activo que pretende el Estado, intentando obtener mayores ganancias y participación, posicionan a Brasil como nación neoextractivista. Cabe destacar el papel decisivo que ha ejercido el mandatario Jair Bolsonaro respecto de la apertura económica de la región amazónica, manifestando sus intenciones y utilizando sus discursos para revelar dichas pretensiones, que buscan materializarse a través de políticas económicas y ambientales en dicho territorio.

Desde su rol como candidato hasta el inicio de su mandato, el expresidente Jair Bolsonaro pronunció en 2019 variados discursos, otorgó entrevistas y realizó publicaciones en sus redes sociales (especialmente en las plataformas Twitter y Youtube), en las cuales plasmaba su discurso extractivista a favor de la explotación del Amazonas, su preocupación respecto de la soberanía sobre el territorio amazónico y su pensamiento acerca de la realidad de las comunidades indígenas que habitan la selva amazónica. Durante sus años como presidente de Brasil, la retórica del mandatario Jair Bolsonaro fluctuó, pronunciando discursos moderados en materia ambiental, a través de los cuales manifestaba la importancia del desarrollo sostenible y el compromiso por los acuerdos medioambientales adquiridos. Este cambio de discurso responde, probablemente, a diversos factores, como la preocupación de la comunidad internacional por una creciente crisis climática mundial, que se intensificaba debido a los incendios que afectaron a la Amazonía brasileña, los cuales obligaron a decretar emergencia ambiental en determinados estados amazónicos y que afectaba a otras ciudades del país, por la propagación del humo y sus consecuencias; o la realidad que viven las comunidades indígenas que habitan la región amazónica y el compromiso de los gobiernos de Brasil con ellos, en su protección y defensa.

Este artículo explora el cambio discursivo del mandatario brasileño Jair Bolsonaro respecto de la explotación y aprovechamiento de territorios situados en la Amazonia, considerando tres dimensiones: soberanía, comunidades indígenas y extractivismo. La hipótesis es que, a pesar de mantener una firme retórica respecto de la defensa de la soberanía de la Amazonia y de su relación con las comunidades locales, el discurso del presidente Jair Bolsonaro varió desde un discurso extractivista proclive a la explotación de la Amazonia, a un discurso de desarrollo sostenible y favorable al cumplimiento de los compromisos en materia ambiental.

Descripción metodológica

Se emplea un enfoque metodológico cualitativo, utilizando fuentes primarias para reunir los principales discursos pronunciados por el expresidente Jair Bolsonaro y fuentes secundarias para la recolección de información, entre ellas entrevistas semiestructuradas aplicadas a una muestra de expertos seleccionados y recolección de datos bibliográficos, específicamente documentos científicos que dicen relación con el extractivismo en la selva amazónica brasileña y el discurso político, como también revisión de documentos oficiales de instituciones públicas y material periodístico para la recopilación de los discursos emitidos por el presidente brasileño Jair Bolsonaro entre los años 2019 y 2022, para su posterior análisis. Los discursos del exmandatario Jair Bolsonaro son examinados a través del análisis del discurso político. Relevante por la importancia que adquieren los temas ambientales en la actualidad y el rol preponderante de Brasil como actor influyente, que posee mayor territorio en una zona estratégica, como la Amazonía. Los problemas ambientales que afectan a la Amazonía brasileña y la actuación del Gobierno de Bolsonaro en este tema repercuten en sus relaciones internacionales, en virtud de la consolidación de los asuntos ambientales en la agenda internacional. Asimismo, posee relevancia debido a la falta de estudios respecto de variaciones discursivas de actores políticos y la inexistencia de una tipología de discursos que permita el desarrollo de futuras investigaciones.

Antecedentes del estudio

América Latina detenta la mayor biodiversidad del mundo y, en virtud de su riqueza en recursos naturales, muchos países de la región cimentan el desarrollo de sus economías en la explotación de estos recursos, lo que les permite generar importantes ingresos a través de las exportaciones, favorecidos por la significativa demanda proveniente de países asiáticos y de las principales economías del mundo (Azamar y Carrillo, 2017).

Brasil se posiciona como la mayor economía de Latinoamérica gracias a, entre otros elementos, su rol como principal productor y exportador de los recursos naturales que posee, gracias a su extensa superficie, de 8,5 millones de km² (Bartorelli, 2013). Dotado de una gran variedad de recursos minerales, destaca respecto de otros países de América del Sur por su enorme volumen de extracción y exportación, característica que se repite en sectores como la agricultura y en su papel como productor de minerales como hierro y coltán.

La Amazonía comprende el bosque tropical más grande del mundo, el cual posee la mayor biodiversidad y riqueza en cuanto a recursos minerales. El territorio amazónico cubre 7,4 millones de kilómetros cuadrados (Cepal y Patrimonio Natural, 2013), distribuidos entre nueve países: Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, Venezuela, Surinam, Guayana Francesa y Guyana. Brasil posee el 67,8% de superficie (Luchetti et al., 2016). Posee vital importancia para mitigar el calentamiento global, pues absorbe millones de toneladas de dióxido de carbono, por lo cual es considerada como pulmón del mundo (Jiménez, 2021).

En virtud de su abundante riqueza en recursos minerales y biodiversidad, es un territorio que sufre por su explotación y deforestación desde la ocupación humana en el espacio amazónico hasta la actualidad, por lo que existe preocupación por su preservación y conservación. De hecho, las prácticas extractivistas que se desarrollan en este territorio se consolidan y han estado presentes en gobiernos anteriores, como en el caso del expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, que apostó por un neoextractivismo impulsado por el progresismo y con un rol activo por parte del Estado. De esta forma, durante su mandato las exportaciones mineras crecieron en un 250% entre los años 2003 y 2008 (Gudynas, 2010).

En este contexto, de prácticas extractivistas de larga data, surgió como fenómeno el alzamiento de un presidente de derecha y populista, Jair Bolsonaro, caracterizado por controversiales discursos proextractivismo al inicio de su mandato, en los cuales expone su postura favorable al fomento de la minería, la extracción de recursos como gas y petróleo y la promoción del extractivismo forestal, la ganadería y la agricultura en la región amazónica. Esta retórica lo revelaba como opositor a la idea de cambio climático, crítico de los acuerdos internacionales para limitar el calentamiento global, partidario de una apertura a las actividades económicas extractivistas en territorio amazónico (Louault, 2020).

Sin embargo, durante el mandato del presidente brasileño, su discurso varió en ciertos aspectos, tales como aquellos correspondientes a la preservación y conservación de la selva amazónica. Estas variaciones en el discurso de Bolsonaro serán exploradas en esta investigación.

Aproximación teórica al fenómeno en discusión

Extractivismo, neoextractivismo y extrahección

El extractivismo es un modelo de acumulación que está presente en América Latina desde el proceso de colonización por parte de las potencias europeas, el cual no solo ha logrado consolidarse en las principales economías latinoamericanas, sino que también se ha renovado y modernizado, lo que ha permitido su desarrollo y fortalecimiento en estos países. La importancia del extractivismo para las economías de estos países y las consecuencias de las prácticas extractivistas en sus territorios generan la actuación e incursión de estos actores políticos y sociales, tales como jefes de Estado, organizaciones o grupos sociales y comunidades locales, por ejemplo, que protegen y resguardan sus necesidades e intereses. Lo mismo sucede con los actores internacionales, entre ellos los Estado y otros actores no estatales, que buscan defender sus posiciones e intereses en el debate en torno a la conservación del medio ambiente, la protección ambiental y la explotación de recursos naturales, en especial en aquellos territorios que revisten importancia para la comunidad internacional por su considerable diversidad y riqueza biológica.

Esta investigación indaga y se circunscribe al concepto de extractivismo, comprendido como "un caso particular de extracción de recursos naturales, intensa o en altos volúmenes, destinados a la exportación, sin procesar o con procesamiento limitado" (Gudynas, 2013, p. 5). A su vez, Alberto Acosta destaca el extractivismo como una forma de acumulación que data de los tiempos de la conquista y colonización de América, que, a pesar de su antigüedad, no posee una definición en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El autor resalta la importancia de no restringir el extractivismo a ciertas actividades, como la minería o la actividad petrolera, cuestión importante para conformar una óptima definición. Tampoco se debe encasillar el extractivismo a un cierto tipo de gobierno, de tal forma que “más allá de algunas diferenciaciones más o menos importantes, la modalidad de acumulación extractivista parece estar en la médula de la propuesta productiva de los gobiernos neoliberales como de los gobiernos progresistas” (Acosta, 2011, p. 87).

Este trabajo se ajusta al extractivismo concebido como una extracción de recurso a través de procedimientos que generan un impacto en el medio ambiente, considerando tres dimensiones: volumen de recursos extraídos, intensidad en la extracción y destino del recurso (Gudynas, 2013). En el caso de la explotación de la Amazonía, en todas sus formas, tales como la tala ilegal, la minería y agricultura, se registran extracciones de recursos naturales en gran volumen o alta intensidad, destinados a la exportación, sin procesar o con procesamiento mínimo, por lo cual se ajusta al concepto señalado.

De esta forma, se entiende que el extractivismo es un modo de acumulación cuyos procesos se consolidan y superan las fronteras de territorios que se estimaban improductivos (Merchand, 2016).

Se evidencia que existe consenso mayoritario, entre investigadores del extractivismo, tal como señala Puyana Mutis: “para la mayoría de autores, el extractivismo es un modelo de crecimiento económico basado en la primarización de las exportaciones, o la venta al exterior de recursos naturales poco transformados, como la minería, la agricultura o el petróleo”. (Puyana Mutis, 2017: 3).

Cabe destacar que las actividades mencionadas sirven de ejemplo para su comprensión y no poseen carácter taxativo. Existe consenso, también, en el impacto negativo y las alteraciones en el medioambiente que produce el extractivismo en cualquiera de sus formas (Domínguez, 2021).

La profundización y fortalecimiento de las características del extractivismo en las primeras décadas del siglo XXI dieron paso al concepto de neoextractivismo. Diversos autores concuerdan con la existencia de elementos comunes con el extractivismo clásico, pero advierten la presencia de un elemento diferenciador: el rol activo que comienza a cumplir el Estado (Gudynas, 2010; Merchand, 2016; Riascos, 2014). Esto se complementa con lo señalado por Portillo Riascos (2014), respecto de los mecanismos de intervención atribuibles a estos estados con mayor participación, de tal forma que “son diversos y van desde la influencia que pueda ejercer por la vía del marco regulatorio hasta la actuación directa a través de las empresas públicas”. (Portillo Riascos, 2014, p. 26).

Desde el punto de vista de las consecuencias del avance del neoextractivismo, destaca la visión de Gudynas (2010), que señala:

[…] el neoextractivismo instala la dinámica vertical que irrumpe en los territorios y a su paso va desestructurando economías regionales, destruyendo biodiversidad y profundizando de modo peligroso el proceso de acaparamiento de tierras al expulsar o desplazar a comunidades rurales, campesinas o indígenas, así como violentando procesos de decisión ciudadana (Merchand, 2016, p. 160).

Finalmente, es pertinente para esta investigación exponer la noción de extrahección como la "apropiación de recursos naturales impuesta con violencia y quebrando el marco de los derechos humanos y de la naturaleza" (Gudynas, 2013, p. 11); es decir, aquel nivel de apropiación que, por su intensidad o extensión, transgrede derechos y se emplea con violencia. Este concepto compete a las comunidades indígenas presentes en territorios de abundantes recursos naturales, complejizando la discusión sobre el extractivismo, ya que sus prácticas comprenden el arrebatamiento de tierras a las comunidades locales y el aprovechamiento de áreas de importancia global por su biodiversidad e impacto en el medio ambiente.

Discursos políticos

Es importante destacar que, como afirma Teun van Dijk, el discurso es un fenómeno social y cultural, ya que aquellos que los emiten o pronuncian, realizan una interacción social situada en un determinado contexto social y cultural, compuesta no solo de oraciones o proposiciones, sino que también de una secuencia de actos relacionados con el discurso emitido (Van Dijk, 2000).

Existen diversas formas de abordar el concepto de discurso político, es por esto que autores como Silvia Gutiérrez exponen la dificultad de determinar la especificidad del discurso político, debido a que dos de sus rasgos fundamentales, lo político y lo ideológico, pueden estar presentes en otros tipos de discursos (Gutiérrez, 2005).

Otro autor, como Eliseo Verón, también reconoce las dificultades de describir el discurso político, señalando que se debe distinguir lo propio de este tipo de discurso de lo que no es; es decir, revelar las características esenciales del discurso político y diferenciarlas de aquellos atributos que pueden estar presente en otros tipos de discurso (Verón, 1987).

Una alternativa para lidiar con este problema es caracterizar este concepto por su fin u objetivo. El discurso político posee como finalidad convencer y persuadir, pero también permiten comprender procesos o fenómenos políticos por los cuales atraviesa una determinada sociedad y sus instituciones (Navarro y Tromben, 2019).

Otra orientación que nos permite comprender el discurso político es el enunciado por Patrick Charaudeau, quien señala: “el discurso político en particular posibilita, justifica y transforma la acción política” (Charaudeau, 2002, p. 121).

Para Gutiérrez (2005) hablar de discurso político conlleva a reconocer la existencia de otro tipo de discursos –no políticos– lo que supondría la configuración de una tipología de discursos sociales, la cual no existe. La falta de esta tipología puede ser suplida por dos concepciones que revelan lo que se entiende por discurso político, la primera es conocida como concepción restrictiva la cual comprende que el discurso que se produce en la escena política donde se desenvuelve el juego de poder, de tal forma que ahí residen el discurso presidencial, el pronunciado por la prensa política especializada, el de los partidos políticos, el emitido por los medios electrónicos y, en ciertos casos, pueden considerarse los discursos judiciales, los del Ejército o el de la Policía. Por otro parte, la segunda concepción se denomina como extensiva y admite los discursos que son pronunciados con una voluntad política; es decir, aquellos que poseen como finalidad causar efectos en las relaciones de poder, sin importar si estos se producen en la escena política (Giménez, 1989).

En virtud de esta concepción extensiva, este marco teórico incorpora discursos políticos enunciados por actores relevantes, como jefes de Estado y de Gobierno, que se producen de forma presencial o virtual (Müller, 2019). De esta forma, es esencial para esta investigación considerar el discurso soberanista, el discurso de odio y el discurso extractivista.

El discurso soberanista es caracterizado por una retórica que busca resguardar la soberanía absoluta de un Estado respecto de sus territorios y de las políticas ambientales que puede aplicar en ellos (Da Silva, 2017).

En este sentido, es pertinente considerar y definir también el concepto de discurso de odio, que Moura define como:

Es el discurso que expresa una idea de odio, desprecio o intolerancia hacia determinados grupos, menospreciándolos, descalificándolos o haciéndolos inferiores por el simple hecho de pertenecer a ese determinado grupo, motivado por prejuicios vinculados con la etnia, religión, género, discapacidad, orientación sexual, nacionalidad, lugar de nacimiento, entre otros (Moura, 2016, p. 4).

Este tipo de retórica se ha instalado progresivamente en la escena política, ya sea en interacciones presenciales o virtuales (Müller, 2019).

Finalmente, pueden considerarse como discursos políticos aquellos relacionados con el extractivismo o también denominados discursos extractivistas. Según Gudynas los discursos extractivistas son empleados para naturalizar las prácticas extractivistas como razonables y necesarias, mitigando sus impactos negativos (Gudynas, 2015), lo que es compartido por diversos autores, como Silva, que señala que:

El discurso extractivista es una operación de sentido (de configurar sentidos) a prácticas depredadoras que conlleva la actividad extractivista compulsiva, para legitimarlas. El objetivo básico de este discurso es minimizar el daño y descalificar a quienes señalan que el daño de las industrias extractivistas es irreversible (Silva, 2016, p. 85).

Son estos tres tipos de discursos los que servirán como categorías de análisis de la presente investigación.

Presentación y análisis de resultados

En la retórica ambiental del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro, especialmente en lo que respecta a la selva amazónica, intervienen igualmente diferentes elementos, como la soberanía, el estado o situación de las comunidades indígenas presentes en la región amazónica y las diversas actividades ilegales que se desarrollan en este territorio en virtud de su riqueza natural, como también de su dificultosa aproximación por la falta acceso que caracteriza a esta zona. Estos elementos, a su vez, forman discursos separadamente: discurso soberanista, discurso de odio y discurso extractivista.

El discurso soberanista surge para enfrentar la internacionalización de la Amazonía (Da Silva, 2017). Una retórica empleada en respuesta a otros actores internacionales inquietos por las actividades ilegales, desastres naturales o la condición de las comunidades locales en territorio amazónico. De este discurso surgen expresiones alusivas a la soberanía y al patriotismo, además de acusaciones de injerencia o colonialismo hacia otros mandatarios que manifiesten preocupación por la selva amazónica.

El discurso de odio es caracterizado por una retórica que utiliza provocaciones cuando se refiere a los asuntos indígenas que conciernen en la Amazonía, asociada con pretensiones por reducir territorios protegidos y derechos sobre ellos.

Estos discursos se encuentran estrechamente ligados con el discurso ambiental del expresidente Jair Bolsonaro respecto del Amazonas, a saber: un discurso extractivista que pretende minimizar el deterioro y la destrucción de la selva amazónica para revelar los beneficios de su explotación (Gudynas, 2015), el que fluctúa en un discurso moderado y de mayor compromiso con el desarrollo sostenible y la protección del territorio amazónico. Esto se evidencia en los diversos discursos que ha pronunciado, como los realizados ante la Asamblea General de Naciones Unidas o en la II Cumbre Presidencial por la Amazonía (ver Tabla en anexo 2), los cuales se manifiestan conjuntamente y a través de los cuales respalda sus reflexiones y la toma de decisiones respecto de la explotación de recursos naturales existentes en el Amazonas.

No obstante, la existencia de esta estrecha relación entre estos discursos, estos pueden variar de forma separada y además pueden intensificarse o atenuarse, sin que esto afecte la capacidad de estos discursos de complementarse.

Discurso del expresidente Jair Bolsonaro respecto de la soberanía sobre la Amazonía durante su Gobierno

La percepción de la Amazonía como territorio de interés global, es decir bajo algún tipo de injerencia de otras naciones, es una idea adyacente a la creación de organismos como la ONU y la UNESCO, posterior a la Segunda Guerra Mundial (Petitjean y Domingues, 2006).

El discurso soberanista del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro se enmarca en el conjunto de acciones realizadas por el Estado para la defensa del territorio, soberanía e intereses nacionales contra aquellos actos considerados como amenazas externas, potenciales o manifiestas, en virtud de lo señalado por el Decreto 5.484, del 30 de junio de 2005, referente a la Política de Defensa Nacional de Brasil.

Esta retórica soberanista queda en evidencia durante los incendios que afectaron a la Amazonía brasileña, crisis ambiental que provocó diferentes reacciones de la comunidad internacional, en especial la del presidente francés Emmanuel Macron, quien utilizó su cuenta personal en la plataforma Twitter para catalogar los incendios en la selva amazónica como una emergencia internacional y pedir a los países miembros del G-7 reunirse para discutir el tema. El expresidente brasileño Jair Bolsonaro no dudó en responder en el discurso de apertura de la 74ª Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en la ciudad de Nueva York:

[…] los ataques sensacionalistas que sufrimos por parte de gran parte de los medios de comunicación internacionales a causa de los incendios en la Amazonía despertaron nuestro sentimiento patriótico […] uno u otro país, en lugar de ayudar, se abrazaron a las mentiras de los medios y se comportaron de manera irrespetuosa, con espíritu colonialista. Cuestionaron lo más sagrado para nosotros ¡nuestra soberanía! Uno de ellos, con motivo de la reunión del G7, se atrevió a sugerir aplicar sanciones a Brasil, sin siquiera escucharnos. Agradezco a quienes no accedieron a llevar a cabo esta absurda propuesta (Bolsonaro, 2019).

El exmandatario brasileño aprovechó esa instancia y mostró preocupación por la soberanía de su país sobre el territorio amazónico, donde incluso condicionó cualquier ayuda o apoyo para preservar la selva amazónica al respeto a la soberanía brasileña.

En concordancia con lo anterior, durante el año 2020 se enfrentó con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien aseguró que la selva amazónica estaba siendo destruida y propuso un fondo de 20.000 millones de dólares para su preservación e indicó que Brasil podría enfrentar sanciones económicas. El expresidente brasileño contestó durante el acto de lanzamiento del programa federal para incentivar la reanudación del turismo en el país, señalando:

[...] recientemente vimos a un gran candidato a jefe de Estado decir que, si no apago el fuego en la Amazonía, levantará barreras comerciales contra Brasil. ¿Y cómo podemos hacer frente a todo esto? La diplomacia por sí sola no es suficiente, ¿verdad Ernesto? Cuando te quedas sin saliva, tienes que tener pólvora, de lo contrario no funcionará. Ni siquiera necesitas usar pólvora, pero debes saber que la tienes. Ese es el mundo. Nadie tiene lo que tenemos nosotros (Bolsonaro, 2020).

El discurso soberanista del expresidente Jair Bolsonaro no solo surge en la política exterior brasileña, también se manifiesta en actividades protocolares, como sucedió en su visita a São Gabriel da Cachoeira, en el estado de Amazonas, donde aprovechó de compartir con miembros de las Fuerzas Armadas, a quienes señaló como responsables de la protección y conservación de esas tierras. Este discurso e intervención, que data del año 2021, se encuentra en el canal oficial del exmandatario Jair Bolsonaro en la plataforma Youtube.

Finalmente, en el año 2022 volvió a emplear su retórica soberanista antes del encuentro bilateral con el presidente estadounidense, Joe Biden, en el marco de la Cumbre de las Américas, señalando a los medios de comunicación presentes que en ocasiones sentía que la soberanía brasileña era amenazada cuando se discuten temas referentes a la Amazonía.

En este sentido, Cristian Garay sostiene que:

[…] Jair Bolsonaro tiene una postura que yo llamo soberanista, que dice primero lo resolvemos los brasileños y en segundo lugar también lo resolvemos los brasileños y esto es algo bien constante, no es algo que haya surgido con él (Garay, entrevista, anexo 1).

De esta forma releva que el discurso en defensa de la soberanía, sobre todo en lo relacionado con el territorio amazónico, es una constante en los mandatarios brasileños.

Por su parte, Iván Witker, recordando el Tratado de Cooperación Amazónica de 1978, ratificado por los ocho países amazónicos (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela) señala que:

[…] al existir este tratado, Brasil acepta la multilateralización de la Amazonía y ahí hay un problema con los nacionalistas brasileños, entre los cuales se inscribe el exmandatario Jair Bolsonaro, por cierto, de insistir en que los temas de la Amazonía son resorte de cada uno de los países, en este caso de Brasil, por lo tanto, no debería inmiscuirse ningún otro país salvo aquellos amazónicos. Ese es el mensaje que estuvo detrás de la controversia que tuvo con el presidente Macron (Witker, entrevista, anexo 1).

Por otro lado, Eduardo Verdugo destaca la histórica defensa de los diversos presidentes de Brasil y la presencia e intereses militares en territorios amazónicos, lo que le permite mantener un discurso soberanista. En relación con esto, señala que:

[…] hay responsabilidad en gobiernos de izquierdas como de derechas, porque en este tema, un recurso natural como este, no tiene ideología política […] el primer período de Bolsonaro no fue de un control cierto de las Fuerzas Armadas hasta que empezó a descabezarlas y colocar gente de su color. Cuando gira el poder del Ejército, básicamente, de las Fuerzas Armadas fuertemente a su favor, ya no tiene a nadie que le impida cambiar la política sobre la Amazonía (Verdugo, entrevista, anexo 1).

En virtud de lo expuesto, es factible considerar que la retórica soberanista está presente en los discursos de Jair Bolsonaro durante el período de su mandato y su oratoria al respecto no varió, sino que se intensificó hasta el final de su Gobierno. De esta forma, el posicionamiento de Bolsonaro se ajusta al de sus antecesores y al pensamiento imperante desde la segunda mitad del siglo XX hasta la actualidad, que defiende la soberanía absoluta de la Amazonía (Da Silva, 2017).

Discurso del expresidente Jair Bolsonaro respecto de las comunidades indígenas que residen en territorio amazónico

En el caso brasileño resultan controversiales los discursos y políticas aplicadas en contra de los pueblos indígenas o comunidades locales que residen en la región amazónica y que se ven afectados por la apropiación de los recursos naturales en sus territorios. Para el expresidente Jair Bolsonaro, las leyes que protegen a las comunidades indígenas que habitan la Amazonía, representan un perjuicio económico para los brasileños al no poder explotar estas tierras (Cerioli, 2022).

La campaña electoral que llevó a Jair Messias Bolsonaro a la presidencia de Brasil estuvo cargada por discursos de odio respecto de aquellas comunidades indígenas que residen en la Amazonía y que buscaban proteger la selva amazónica (Bragato y Silva, 2020). Este discurso los apuntaba como responsables de obstruir el desarrollo y la integridad territorial de Brasil, por lo cual realizaba declaraciones donde prometía no demarcar ni homologar ni un centímetro de tierras indígenas. Esta retórica se mantuvo una vez proclamado presidente de Brasil (Jardim et al., 2020).

Un mes antes de su investidura, pronunció un discurso en la ceremonia de graduación de oficiales en la Academia Militar de Agulhas Negras, donde sostuvo:

[…] quiero el bienestar de los indios, quiero integrar a los indios a la sociedad. Nuestro proyecto para los indios es hacerlos iguales a nosotros. Por FUNAI, los indios no pueden recibir un tratamiento adecuado. Los indios quieren médicos, dentistas, televisión o internet. Son como nosotros (Bolsonaro, 2018).

Durante su Gobierno, no pudo contrarrestar las acusaciones en su contra que lo señalan como un político antiindigenista, pues aquella retórica que lo caracterizó en sus años como diputado, con declaraciones belicosas hacia los pueblos indígenas de Brasil, continuó incluso en su primer discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ver Tabla en anexo 2), en el cual mencionó que los habitantes de los poblados locales en el Amazonas, entre ellos las comunidades indígenas presentes, realizaban quemas en la selva amazónica como parte de su cultura y por razones de sobrevivencia. En este discurso pronunció y reafirmó, por primera vez como presidente de Brasil, que no aumentaría el área demarcada como territorio indígena, señalando que:

[…] hoy el 14% del territorio brasileño está demarcado como tierra indígena, pero debemos entender que nuestros indígenas son seres humanos como cualquiera de nosotros. Quieren y merecen disfrutar de los mismos derechos que todos nosotros. Quiero dejarlo claro: Brasil no va a aumentar su área ya demarcada como tierra indígena al 20%, como quisieran algunos jefes de Estado (Bolsonaro, 2019).

De esta forma, la promesa de no demarcar ni un centímetro más de tierra indígena se consolidaba durante su Gobierno. El discurso de odio que estaba presente en Jair Bolsonaro durante su rol como diputado y en su campaña electoral, intentaba consolidarse con acciones antiindígenas, como el intento de retiro de la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) del Ministerio de Medio Ambiente (Zelic, 2022).

En este discurso aprovechó de señalar a aquellos actores internacionales u organizaciones preocupados por la selva amazónica y sus pueblos indígenas, criticando los vínculos que se forman para su resguardo o protección. En este sentido, expresó:

[…] hay en Brasil, 225 pueblos indígenas, además de referencias de 70 tribus que viven en lugares aislados. Cada pueblo o tribu con su jefe, su cultura, sus tradiciones, sus costumbres y principalmente su forma de ver el mundo. La visión de un líder indígena no representa la de todos los indios brasileños. Muchas veces algunos de estos líderes, como el cacique Raoni, son utilizados como maniobra por gobiernos extranjeros en su guerra informativa para promover sus intereses en la Amazonía. Desafortunadamente algunas personas, de dentro y fuera de Brasil, apoyadas por ONG, insisten en tratar y mantener a nuestros indígenas como verdaderos hombres de las cavernas […] esto demuestra que quienes nos atacan no se preocupan por el ser humano indígena, sino por la riqueza mineral y la biodiversidad existente en estas áreas (Bolsonaro, 2019).

El exmandatario brasileño hizo referencia al líder indígena kayapó, Raoni Metuktire, quien, como otros activistas defensores de la justicia y los derechos de los pueblos originarios en Brasil, denuncian el deterioro y la destrucción de la selva amazónica vinculados con la deforestación ilegal, la extracción irregular de recursos naturales y las actividades ilícitas que ocurren en sus territorios (Albert, 2004).

Existe un preocupante registro de muertes de personas relacionadas con la protección del medioambiente y de ataques que sufren las comunidades indígenas del territorio amazónico por parte de sicarios o grupos armados que realizan actividades delictivas en el área (Jardim et al., 2020).

Respecto de lo anterior, Eduardo Verdugo estipula:

[…] hay por lo menos cuatro países involucrados, que tienen el mismo problema en la Amazonía, tienen extractivismo ilegal que no controlan. Perú en menos escala, Ecuador en menos escala, Colombia y Brasil, donde además se persigue a los dirigentes ambientalistas y existe peligro de exterminio de estos pueblos indígenas […] en el caso colombiano, en el caso brasileño, básicamente son pueblos diezmados por las enfermedades, por cazadores de indígenas para desocuparlos (Verdugo, entrevista, anexo 1).

Lo que se ajusta a lo que plantea Iván Witker, quien señala que “[…] pese a que siempre ha existido, estos últimos años se ha acrecentado el tema de la criminalidad organizada en toda América Latina. Los lugares donde se asientan estas bandas es en la selva [amazónica].” (Witker, entrevista, anexo 1).

Por otro lado, Cristian Garay sostiene sobre el crimen organizado en la selva amazónica que:

[…] grupos criminales son, por así decirlo, socios de un entramado. Lo que ha existido desde siempre es el tráfico de maderas preciosas, que es un fenómeno que está siendo estudiado ahora ya como una manifestación de crimen trasnacional. Porque tú lo que haces es cortar determinada madera que vale mucho, pero tienes que sacarla y eso se saca al interior de Brasil o hacia afuera, o sea, la minería de oro, que es la principal minería ilegal, el tráfico de maderas preciosas, son, diría yo, junto con el tráfico de petróleo venezolano que se roba de los oleoductos, lo más significativo (Garay, entrevista, anexo 1).

La existencia de territorios indígenas sin ningún tipo de mecanismo de protección (véase Cuadro de Registro en anexo 3) evidencia la indiferencia del Gobierno del exmandatario Jair Bolsonaro ante la amenaza que representa el contacto de estas comunidades indígenas con grupos sociales externos (Verdum, 2022).

En consecuencia, las expresiones que utilizó el exmandatario brasileño en sus discursos o intervenciones en las cuales se refirió a las comunidades indígenas y el anuncio de cualquier política o medida favorable a la explotación de recursos en sus territorios, son acontecimientos que poseen un carácter complejo cuando se revela la condición primitiva de muchos pueblos indígenas y la riqueza cultural que representan. Este carácter complejo deriva en que estos acontecimientos pueden ser determinados como prácticas extractivistas que se ejercen violentamente, afectando los derechos de estas comunidades y sus territorios; es decir, como extrahecciones (Gudynas, 2013). Estos territorios poseen abundante riqueza natural, como minerales, maderas preciosas, entre otros recursos siempre apetecidos, y en ellos habitan una extensa y variada fauna que requiere protección y conservación. Su importancia en este aspecto es indudable. Las comunidades indígenas asentadas en territorio amazónico representan un sector vulnerable de la población brasileña por lo inhóspita que es la zona, la condición de vida y por los hechos delictivos que suceden en el territorio, principalmente propiciados por la búsqueda y extracción de sus preciados recursos. El resguardo de los derechos y la protección de estas comunidades indígenas es cada vez más relevante desde que se registran numerosos pueblos indígenas cuya presencia está en investigación y otro número no menor de pueblos indígenas localizados (ver Cuadro de Registro en anexo 3). La relevancia cultural de estas comunidades es indiscutible.

En virtud de estas características, es un debate permanente en un país y en un continente cuyas economías dependen del extractivismo (Gudynas, 2013). En relación con esto último, Iván Witker señala:

[…] hay zonas que viven sencillamente en otra época, están a miles de kilómetros de los grandes centros urbanos, de Porto Alegre, de Curitiba, de SãoPaulo, de Río de Janeiro, están a miles de kilómetros con situaciones muy difíciles, por lo tanto, en el tema brasileño amazónico confluye un tema social, un tema económico y las consideraciones medioambientales que son necesarias […] son territorios extraordinariamente aislados. En general todos estos países que tienen territorio amazónico son territorios demasiado aislados donde la naturaleza todavía está muy exuberante, llamémosle, por lo tanto, difícil (Witker, entrevista, anexo 1).

Por otra parte, es relevante considerar el manejo de la pandemia del Covid-19 en Brasil, que se desarrolló durante el mandato del expresidente Jair Bolsonaro, con polémicas expresiones en delicadas situaciones (Fuccille, 2020). El mundo no estaba preparado para afrontar la emergencia sanitaria y el caso brasileño reviste importancia pues, es una de las naciones que debía abordar esta compleja situación en localidades donde residen pueblos indígenas, intentando establecer programas sanitarios para el adecuado tratamiento, creando para ello dinámicas de acercamiento y fortalecimiento de la comunicación y de confianza entre distintas culturas (Santos et al., 2020).

En tal sentido, Ariel Goldstein señala que “[…] la pandemia si fue un hecho central del Gobierno, muestra un modo de gobernar y se redefinen muchas cosas dentro del Gobierno en ese período, en especial con lo relacionado con Manaos” (Goldstein, entrevista, anexo 1).

Por su parte, para Cristian Garay:

[..] Bolsonaro privilegia la actividad económica y uno de los motivos más determinadas para que no cerrara ni clausurara el país fue que la economía se iba a derrumbar. De modo que la estrategia de Bolsonaro tiene más que ver con la supervivencia económica que con un declarado y manifiesto deseo genocida (Garay, entrevista, anexo 1).

En esta dimensión no hay variación en el discurso, el cual se mantiene desde la campaña electoral de Bolsonaro e intenta materializarse a través de políticas o acciones que afectan a los pueblos indígenas como el deseo de cierre de organismos preocupados por la integridad y desarrollo de estas comunidades, como la FUNAI (Zelic, 2022). En virtud de esta retórica anterior a su mandato como presidente de Brasil, las expresiones y acciones de Bolsonaro respecto de las comunidades indígenas que habitan en el territorio amazónico, fueron observadas y valoradas con recelo, consideradas no solo como peyorativas, sino que también como perjudiciales en la protección de estos pueblos indígenas, provocando la intervención del Ministerio Público y el juzgado Federal del Amazonas en virtud de los recursos de amparo presentados en el año 2020, en defensa de los pueblos indígenas frente a los discursos de odio y discriminatorios (Bragato y Silva, 2020).

Del discurso extractivista proclive a la explotación del territorio amazónico al discurso de desarrollo sostenible favorable a la protección y conservación del Amazonas

El discurso del exmandatario brasileño como candidato detentaba una retórica antiambientalista, cercana al discurso del expresidente norteamericano Donald Trump, adverso al multilateralismo y a los acuerdos de protección y conservación ambientales (Buelvas y Lowe, 2020). Durante su campaña señaló su intención por abandonar el Acuerdo de París, eliminar el Ministerio del Medio Ambiente y reformar entidades como el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) o la Fundación Nacional del Indio (FUNAI) (Ferrante y Fearnside, 2019), entidades a las que realizaba constantes y considerables críticas.

Como presidente de Brasil, Jair Bolsonaro participó de la 74ª Asamblea General de las Naciones Unidas, celebrada en Nueva York el 24 de septiembre de 2019, realizando un discurso de apertura en el cual evidenciaba una variación en su discurso, revelando una moderación de su retórica, esta vez caracterizada por la preservación y protección en materia ambiental y una manifiesta proclamación de desarrollo sostenible. De esta forma, señalaba:

[…] primero, mi Gobierno tiene un compromiso solemne con la preservación del medio ambiente y el desarrollo sostenible en beneficio de Brasil y del mundo. Brasil es uno de los países más ricos en biodiversidad y riqueza mineral. Nuestra Amazonía es más grande que toda Europa Occidental y permanece prácticamente intacta. Prueba de que somos uno de los países que más protege el medio ambiente (Bolsonaro, 2019).

De todas formas, demostraba lo fluctuante de su discurso al agregar expresiones antiambientalistas que le permitían consolidar su retórica extractivista como candidato presidencial, cuando señalaba que la Amazonía no es ni patrimonio de la humanidad, ni debe ser reconocido como el pulmón del mundo, considerando estas expresiones como falacias (Jacobo, 2020).

Con motivo de la II Cumbre Presidencial por la Amazonía, realizada en agosto de año 2020, el exmandatario brasileño negó los incendios en la selva amazónica, condenó las críticas de la comunidad internacional sobre el tema, en una videoconferencia realizada junto al resto de mandatarios de países con territorios amazónicos. En esta ocasión, puntualizó que: “[…] por ser un bosque húmedo, no se incendia, así que esa historia de que el Amazonas arde en llamas es una mentira y debemos combatirla con números reales y eso es lo que estamos haciendo aquí en Brasil” (Bolsonaro, 2020).

Durante 2021 el presidente brasileño se reuniría con inversionistas de los Emiratos Árabes Unidos (ver Tabla en anexo 2), donde volvió a negar los incendios del Amazonas destacando su carácter de bosque húmedo.

Tras superar los incendios que afectaban la selva amazónica y la disminución en los contagios y decesos producto del Covid-19 que trajo consigo la apertura tanto de las fronteras como de los mercados, se evidencia una mayor moderación del discurso ambiental del exmandatario brasileño. Durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26), celebrada en la ciudad de Glasgow, Escocia, el expresidente Jair Bolsonaro presentó el Programa Nacional de Crecimiento Verde. En una videograbación para este efecto, señaló:

[…] Brasil es parte de la solución para superar este desafío global (en la lucha por el cambio climático). Los resultados alcanzados por nuestro país al 2020 demuestran que podemos ser aún más ambiciosos. Por eso autoricé al ministro de Medio Ambiente, Joaquim Leite, a presentar, durante la COP26, nuevas metas climáticas […] Al promover una economía verde, el programa orientará acciones para proteger y conservar el medio ambiente, a través de incentivos económicos, direccionando recursos y atrayendo inversiones. Con eso favorecemos acciones y proyectos de conservación de bosques, el uso racional de los recursos naturales, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y sobre todo, la generación de empleos verdes (Bolsonaro, 2021).

El exmandatario brasileño encomendó a su ministro de Medio Ambiente, Joaquim Leite, anunciar ambiciosas metas climáticas, como el compromiso de reducir en un 50% las emisiones de gases contaminantes y neutralizar la emisión de carbono para el año 2050, aun cuando las cifras sobre deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero no coinciden ni promueven el cumplimiento de estos desafíos ambientales (Fialho, 2022).

En el año 2022, el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, participó en la Cumbres de las Américas, celebrada en la ciudad de Los Ángeles en Estados Unidos. En su discurso mencionó a Brasil como uno de los países que conservaba de mejor forma sus bosques y el medioambiente, su destacada participación en la seguridad alimentaria, describiendo la agricultura de Brasil como sostenible y afirmó que no era necesaria la explotación de la Amazonía para mantener el agronegocio en Brasil. Durante esta reunión, el mandatario señaló:

[…] hemos buscado soluciones a nivel mundial para la seguridad alimentaria, somos uno de los países que más ha conservado el medioambiente y sus bosques, tenemos la matriz energética más desarrollada y diversificada del mundo. Hemos perdido incluso parte de nuestros bosques nativos, pero usamos solo un 27% de nuestro territorio para el ganado y la agricultura. Somos un país con agricultura sostenible, no necesitamos a la región del Amazonas para ampliar nuestra agroindustria. Solamente en el bioma del Amazonas el 84% del bosque está intacto, con la mayor biodiversidad en todo el planeta, nuestros retos son proporcionales a nuestro tamaño, les recuerdo que el área del Amazonas equivale al área de toda Europa occidental (Bolsonaro, 2022).

En esta intervención se refirió a los acuerdos medioambientales adquiridos por Brasil en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP26), demostrando interés por el cumplimiento de los objetivos comunes. De esta forma, comentó a los otros mandatarios presentes:

[…] ningún otro país tiene legislación ambiental tan completa […] hemos puesto en práctica los compromisos establecidos durante la COP26 para estructurar el tratamiento de los residuos orgánicos y los productos lácteos en los vertederos para reducir un 30% más las emisiones de metano en Brasil (Bolsonaro, 2022).

Esta variación o moderación en el discurso ambiental de Jair Bolsonaro puede tener determinadas razones, que Cristian Garay vincula con corrientes de pensamiento como la teología de la prosperidad, que Semán define como “un conjunto de proposiciones dogmáticas, rituales y eclesiológicas en las que se afirma una relación entre la comunión con Dios y el bienestar material” (Semán, 2001, p. 73). En virtud de lo anterior, puntualizó:

[…] el discurso político de Bolsonaro está dentro de algo que se llama la teología de la prosperidad, que es una teología que exalta el éxito económico como una señal de que Dios te tiene en su mira, de que eres un bendecido. Entonces la teología de la prosperidad es lo que está subyacente en el discurso de Bolsonaro, y que es un discurso de los grupos evangélicos de Brasil. […] lo que yo creo que sí (varió), creo que la influencia de la teología de la prosperidad, que es esta idea que el emprendimiento económico genera la expresión de que Dios está contigo, el éxito, yo creo que sí explica porque ingresa ese proyecto para utilizar económicamente las zonas que se habían concedido a los yanomami. Eso sí, yo te lo diría, que es un efecto de la ideología, pero él no tiene solo una ideología, tiene más de una, eso es un punto relevante (Garay, entrevista, anexo 1).

Finalmente, Iván Witker destaca que “[…] por lo tanto el argumento brasileño original, de que se debe permitir la industrialización a cualquier precio (en territorio amazónico), habría que, a mi entender, relativizarlo. En ese contexto entiendo los giros en los dichos del expresidente Bolsonaro (Witker, entrevista, anexo 1).

Esta retórica, que repite conceptos como el de desarrollo sostenible, la protección y conservación de la selva amazónica y del medioambiente en general, conexo a la inédita afirmación de que no es indispensable explotar la región amazónica para sostener el agronegocio del país, permite observar adecuadamente la variación del discurso ambiental, de uno extractivista, que propiciaba la apertura comercial de la región amazónica (Fúquene, 2021), a uno que acentúa el compromiso de Brasil en la protección y conservación de la selva amazónica y el desarrollo sostenible.

A pesar de que no es menester de esta investigación analizar las razones de este cambio discursivo, cabe destacar las posibles causas señaladas por los expertos, las cuales oscilan y se fundamentan en aspectos como la presión internacional que ejercen otros actores involucrados o la influencia de corrientes de pensamiento, como la teología de la prosperidad, o pensadores como Olavo de Carvalho, los cuales influyen en el pensamiento y la retórica del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro.

Impacto de los discursos de Bolsonaro en la política medioambiental de Brasil

La retórica soberanista que sostuvo Jair Bolsonaro durante su mandato no es un elemento exclusivo o personal que lo diferencia de otros mandatarios brasileños. La idea de defensa de la soberanía en Brasil está estrechamente vinculada con la protección de sus recursos naturales, el rol que cumplen sus Fuerzas Armadas en esta materia y la búsqueda de aliados estratégicos para fortalecer y promover sus intereses (Leonardelli, 2019). Este discurso se consolida en respuesta a las demandas y a la presión internacional que surgen por las considerables crisis ambientales y humanitarias que han afectado a la selva Amazónica, las cuales propiciaron discusiones respecto de una intervención de otras naciones y organismos, lo cual inquieta a las autoridades de Brasil (Silva, 2023). Se trata de un asunto perenne, que es probable que sea enfrentado de una forma similar por las futuras autoridades del país.

Los discursos extractivistas y contrarios a las comunidades indígenas que habitan el territorio amazónico se materializaron a través de cambios normativos en la actividad agraria, los cuales permitieron la apropiación privada de tierras públicas, la facilitación de tierras indígenas para actividades económicas y la concesión de licencias para la explotación de estos territorios por personas o asociaciones no indígenas. Estas iniciativas se llevaron a cabo a través de resoluciones, modificaciones a las leyes que regulan estas materias (como la Ley 11.952/2009) e instrucciones normativas (Cafrune y Gonçalves, 2022). A pesar de que Jair Bolsonaro no pudo cumplir con sus promesas de cerrar el Ministerio de Medio Ambiente o abandonar tratados internacionales que abogan por la protección ambiental, como el Acuerdo de París, comenzó su Gobierno nombrando a controvertidos representantes para encabezar los principales ministerios en esta materia (Louault, 2020). Designó a Ernesto Araújo en el Ministerio de Asuntos Exteriores, a Ricardo Salles como ministro de Medioambiente y a Tereza Cristina como ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento. Estas autoridades son reconocidas como opositores a la idea del cambio climático, del financiamiento de organizaciones públicas responsables de la protección de la política ambiental y fueron los encargados de los cambios normativos en materia ambiental. De esta forma, Bolsonaro conformó su Gobierno con representantes que comparten su retórica para la implementación de su agenda (Cafrune y Gonçalves, 2022), la que incluía políticas ambientales como la derogación de la pequeña minería (Decreto 11.367), el desfinanciamiento de organismos a favor de las causas indígenas y un aumento considerable de las tasas de deforestación de la Amazonía, obligando a su sucesor a revocar estas medidas en los primeros cien días de su Gobierno (Hoffmann, 2023).

Conclusiones

La revisión de los discursos pronunciados por el exmandatario brasileño Jair Bolsonaro permite evidenciar un cambio discursivo en asuntos ambientales. Esta variación se presenta específicamente en la percepción de cómo se maneja retóricamente la explotación de la selva amazónica, la cual reviste e incrementa su importancia por la biodiversidad presente en la zona, la realidad de las comunidades indígenas que la habitan; las actividades económicas irregulares que rastrean, principalmente, los recursos minerales abundantes en la región amazónica.

Reunir los discursos o intervenciones a través de los cuales Jair Bolsonaro plasma su pensamiento acerca de lo relativo al medioambiente entre los años 2018 y 2022, permite identificar otros elementos presentes y permanentes en la retórica del expresidente de Brasil, como la soberanía, determinar su conflictiva relación con las comunidades indígenas locales y explorar las variaciones de su discurso en relación con la explotación del territorio amazónico.

Las nuevas tecnologías, específicamente los medios digitales, permiten reunir y compartir estas intervenciones, informaciones o mensajes que emiten actores políticos en temas relevantes. En este caso, juegan un rol fundamental pues permiten observar las interacciones o mensajes y analizar sus cambios en el tiempo.

Las entrevistas a los expertos proporcionaron detalles y testimonios que permiten, comprender no solo la estrategia comunicacional del exmandatario Jair Bolsonaro y revelar esta moderación de su discurso extractivista, sino que también proporcionar determinadas e hipotéticas razones para esta variación, las cuales pueden tener su origen en los desastres ambientales que sufre la selva amazónica producto de la deforestación ilegal y otras acciones relacionadas, lo que significó una presión internacional por responder y aclarar esta emergencia ambiental, garantizando un adecuado manejo del problema; la relación compleja entre discurso, la aplicación de políticas económicas en este territorio de basta diversidad y la realidad de los pueblos indígenas locales que se observó de forma profunda durante los años de la pandemia; la existencia de crimen organizado, que se beneficia del difícil acceso e información que existe de la selva amazónica; o por corrientes de pensamiento que caracterizan al exmandatario Jair Bolsonaro y que inculcó en su rol como presidente de la República Federativa de Brasil.

Al explorar los discursos del exmandatario brasileño e identificar estas tres dimensiones que permiten comprender la retórica ambiental respecto de la explotación del territorio amazónico, se desprende que, respecto de su discurso soberanista, este no varió y prosiguió con el pensamiento instaurado en Brasil a mediados del siglo XX referente a la defensa de la soberanía absoluta del territorio amazónico, razonamiento que se consolida en el siglo XXI. En lo relativo al discurso de odio que caracteriza su relación con los pueblos indígenas de la Amazonía, tampoco varió, consolidando aquella retórica profesada en su campaña electoral.

Se evidencia una variación solo en el discurso extractivista a favor de una apertura económica en la Amazonía, el que cambia por un discurso mesurado de desarrollo sostenible, economía verde y de respeto a los acuerdos medio ambientales adquiridos en el escenario internacional.

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Anexo 1

Tabla de entrevistas

Entrevistado

Fecha

Perfil

Fuente

Iván Witker B. 8 de marzo de 2023.

- Doctor en Comunicaciones (Universidad Carlos IV de Praga), Cientista Político y Periodista (Universidad de Chile).

- Graduado del Centro Hemisférico de Estudios de la Defensa (National Defense University – Washington DC).

- Académico de la Universidad Central de Chile.

- Investigador de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos .

Zoom (reunión virtual).

Entrevista semiestructurada, grabada y transcrita

(autor posee material).

Cristian Garay V. 10 de marzo de 2023.

- Doctor en Estudios Americanos (Universidad de Santiago de Chile).

- Doctor en Geografía e Historia (Universidad Nacional de Educación a Distancia de Madrid).

- Magíster en Historia (Universidad de Chile).

- Académico de la Universidad de Santiago de Chile y la Universidad Central de Chile.

Zoom (reunión virtual).

Entrevista semiestructurada, grabada y transcrita (autor posee material).

Eduardo Verdugo H. 6 de marzo de 2023.

- Doctor en Sociología y Ciencias de la Comunicación (Universidad Complutense de Madrid).

- Magíster en Comunicación (Universidad Diego Portales).

- Periodista (Universidad ARCIS).

- Analista del Departamento de Estudios económicos del Ministerio del Interior (2007-2020).

Zoom (reunión virtual).

Entrevista semiestructurada, grabada y transcrita (autor posee material).

Ariel Goldstein 9 de marzo de 2023.

- Doctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires).

- Magíster en Ciencia Política (Instituto de Altos Estudios Sociales).

- Investigador Asistente del Conicet (Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe).

Zoom (reunión virtual). Entrevista semiestructurada, grabada y transcrita (autor posee material).

Anexo 2

Tabla de discursos

Tipo de discurso

Fecha

Fuente

Discurso soberanista

1.- 24 de septiembre de 2019.

2.- 10 de noviembre de 2020.

3.- 27 de mayo de 2021.

4.- 9 de mayo de 2022.

1.- Discurso en la apertura de la 74ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

2.- Discurso en acto de lanzamiento del programa federal para incentivar la reanudación del turismo en el Palacio do Planalto.

3.- Discurso durante visita al municipio de São Gabriel da Cachoeira, perteneciente al estado de Amazonas.

4.- Encuentro bilateral en Cumbre de las Américas entre el presidente norteamericano, Joe Biden, y el presidente brasileño Jair Bolsonaro.

Discurso de odio

1.- 1 de diciembre de 2018.

2.- 24 de septiembre de 2019.

3.- 22 de septiembre de 2020.

1.- Discurso pronunciado en ceremonia de graduación de oficiales en la Academia Militar de Agulhas Negras.

2.- Discurso en la apertura de la 74ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

3.- Discurso en la apertura de la 75ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Sesiones telemáticas.

Del discurso extractivista al discurso de desarrollo sostenible

1.- 24 de septiembre de 2019.

2.- 11 de agosto de 2020.

3.- 15 de noviembre de 2021.

1.- Discurso en la apertura de la 74ª Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

2.- Discurso pronunciado en II Cumbre Presidencial por la Amazonía.

3.- Discurso durante evento con inversionistas en Emiratos Árabes Unidos, Dubai.

Fuente: elaboración propia.

Anexo 3

Cuadro de registro de presencias de pueblos indígenas en Amazonía brasileña (2022)

92 en estudio para confirmar su presencia

120 registros de presencias de pueblos indígenas en aislamiento en la Amazonía brasileña

28 confirmados

54 territorios indígenas

Distribuidos en 86 territorios

24 unidades de conservación

(15 federales – 9 estaduales)

8 áreas sin mecanismo jurídico o administrativo de protección

Fuente: elaboración propia a partir de datos obtenidos en revista digital Debates Indígenas (IWGIA, 2022).


  1. Cientisa político por la Universidad Central de Chile (Santiago, Chile). Afiliación institucional: investigador independiente. Correo electrónico: pablodiaznu@gmail.com. Temas de especialización: teoría política, relaciones internacionales y análisis del discurso.↩︎